Trabajo de Campo

El trabajo de campo para conseguir este mapa nos ha llevado varios años. Sin prisa pero sin pausa.
Actualmente (Diciembre de 2015) tenemos en nuestra base de datos 1527 edificios religiosos entre iglesias, ermitas, capillas, humilladeros, monasterios y conventos repartidos por la geografía cántabra. Hemos realizado cientos de rutas relacionadas con este proyecto, sumando más kilómetros que el equivalente a una vuelta al mundo en bicicleta.


Tenemos la ventaja de que nos encanta esto. A nuestra pasión por la bici le hemos añadido el plus de conocer mejor el Patrimonio Territorial de Cantabria,  que con solo 5.300 km2 no deja de ofrecernos rincones mágicos. Ha sido (y sigue siendo) un proyecto absolutamente enriquecedor.

También ha sido enriquecedor todo el tiempo que hemos dedicado a documentarnos leyendo libros de arte, artículos y blogs de patrimonio, consultando la Enciclopedia de Cantabria, webs institucionales, el Madoz, ... Ya lo dijo Don Quijote: "El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho".



Como ya sabréis a estas alturas, quisimos hacer este proyecto de una forma lo más ecológica posible. Nuestras rutas se iniciaban en Torrelavega, y si vas a ir a Suances o Puente Viesgo no hay mayor problema. Pero, ¿qué hacemos si hay que ir a Talledo? ¿o a Dobarganes? En ese caso,  el ferrocarril fue un gran aliado. Para ir a Campoo, el cercanías de RENFE. Para ir a la parte oriental de Cantabria, el regional a Bilbao de FEVE, para la parte occidental el regional a Oviedo.

Liébana es caso aparte porque no hay tren a Potes, pero con las distintas combinaciones uno se puede ahorrar cerca de 70 km. En cualquier caso, las rutas a Liébana no bajaban de tres dígitos en el cuentakilómetrtos.

No es nuestra intención presentar estas rutas de 10 o 12 horas y muchos kilómetros como los modelos a seguir, simplemente reflejar que así es como hemos llevado a cabo este proyecto.

Nuestra ventaja es que nos encanta viajar en tren. Por supuesto que nos gustaría que hubiera mayor frecuencia en algunas líneas, pero nos adaptamos a lo que hay y sólo podemos decir que el tren se ha portado como un compañero fiel en nuestro proyecto.


Otro aspecto que nos ha encantado es la relación con la gente de los pueblos a los que consultábamos cualquier duda. Se dice que los cántabros somos un poco huraños, pero a veces  es más tópico que realidad.

Nos han llegado a regalar una docena de huevos caseros, nos han invitado a comer, y especial recuerdo y emoción nos dejó un señor de Luey, que con sus más de 80 años, recién enviudado y algo pachucho, nos acompañó subiendo y bajando una buena cuesta para mostrarnos las ruinas de una ermita, mientras nos contaba la historia del pueblo, y su historia personal. Emocionante de verdad.

Las fotografías. Tenemos miles de fotografías de todos los rincones de Cantabria. Estas rutas no las hacemos corriendo, sino recorriendo, y eso implica tomárnoslo con calma y hacer todas las paradas que sean necesarias para observar lo que nos vamos encontrando.
Simples  documentos gráficos que nos sirven para realizar el inventario de los templos y para ilustrar las rutas.