VILLACANTID - VALDEOLEA: Ruta del románico y más.

El sur de Cantabria presenta una de las mayores concentraciones de arquitectura románica de todo el norte peninsular. En la ruta que presentamos aquí tendremos oportunidad de visitar algunos bellos ejemplos, incluido el Centro de Interpretación del Románico, que nos ayudará a tener una mejor comprensión de lo que veremos durante el recorrido.


Hemos de explicar que ni vamos a ver todas las iglesias románicas de la comarca, ni solo vamos a ver iglesias. Por un lado, estamos haciendo una ruta que no solo incluye ejemplos de arquitectura religiosa, sino que tendremos la oportunidad de descubrir otros elementos patrimoniales, como arquitectura civil en forma de torres medievales, palacios o puentes, rescoldos de la época romana, o la huella megalítica en forma de menhires de más de 5.000 años de antigüedad.

Por otro lado, si visitáramos todas las iglesias románicas más o menos cercanas aumentaríamos los kilómetros de la ruta.




Nuestra intención a la hora de diseñar un recorrido es que resulte equilibrado. Ha de ser interesante, seguro y bonito, pero que no suponga un reto físico extenuante porque entonces se deja de disfrutar. Por supuesto que habrá distintos niveles de rutas desde el punto de vista físico, y que no es lo mismo una persona habituada a andar en bici que una persona que no lo está.
En el caso de esta ruta de Villacantid a Valdeolea, podemos decir que es un recorrido de exigencia media. No llega a 40 kilómetros, tiene una subida al Alto del Bardal, y algunos repechos en los pueblos. Una persona que salga en bici de vez en cuando la puede hacer sin mayor problema.
En el caso de una persona que no salga mucho en bici siempre tiene la opción de utilizar una bicicleta eléctrica.





El tema logístico nosotros lo resolvimos con el tren. Subimos a Reinosa en el Cercanías de RENFE y nos acercamos en bici a Villacantid, añadiendo unos 7 kilómetros a la ruta.
Desde Las Henestrosas, seguimos un poquito más hasta Mataporquera, donde existe la opción de coger el tren de Media Distancia, pero como íbamos bien de tiempo y fuerzas, decidimos seguir a Reinosa por la N-611 y coger de nuevo el Cercanías. En total nos salieron poco más de 60 kilómetros.
La frecuencia de trenes Cercanías desde Santander a Reinosa y desde Reinosa a Santander es de uno cada 2 horas aproximadamente, mientras que la frecuencia del Media Distancia es de 2 trenes al día en cada sentido.


Santa María La Mayor (Villacantid)











Comenzamos nuestro recorrido en VILLACANTID, en la iglesia de Santa María La Mayor. Su origen es románico, de finales del siglo XII, aunque con reformas posteriores. Actualmente, lo único que queda románico en el exterior es el ábside y la puerta de acceso, que fue movida desde la fachada SUR a la ESTE, formando ambos elementos un conjunto singular.
La decoración escultórica es de muy buena factura, relacionada sin duda con otros edificios religiosos del norte de la provincia de Palencia.

Puerta de acceso y ábside románicos de Santa María La Mayor (Villacantid)

El interior de la iglesia alberga la sede del Centro de Interpretación del Románico, y ese es el motivo por el que hemos elegido este lugar como principio de nuestra ruta. El poder ver la iglesia por dentro, los audiovisules que se proyectan, las explicaciones de la persona encargada, los paneles explicativos, ...todo ello nos ayuda a comprender mucho mejor lo que vamos a visitar durante el recorrido. El proceso constructivo, los motivos de las esculturas, las pinturas murales y algunas otras cosas nos serán explicadas en el interior de este templo.

La planta original de esta iglesia de Villacantid nos recuerda mucho a la de San Andrés (Rioseco), también románica y de cronología similar.

San Andrés (Rioseco)


Interior del Centro de Interpretación del Románico (Villacantid)


Pila Bautismal

Pinturas barrocas en el ábside












Una vez que hemos realizado la visita, comenzaremos a dar pedales para ver sobre el terreno alguna de las iglesias que hemos visto en el Centro de Interpretación.

Lamentablemente no tuvimos la posibilidad de ver las pinturas murales de algunas iglesias de Valdeolea ya que el servicio de visitas solo está disponible en verano y nosotros hemos realizado esta ruta en primavera.
Por este mismo motivo, tampoco seremos muy prolijos en las explicaciones sobre el interior de los templos.

La primavera es nuestra estación favorita para hacer rutas por Campoo por el colorido del paisaje y por las temperaturas. En verano, el amarillo come terreno al verde y es habitual que el calor nos haga sudar la gota gorda. Ojalá se pudiera aumentar el periodo de visitas a los templos fuera de la época estival.




Salimos de Villacantid y nos dirigimos hacia Izara por una pequeña carretera en la que probablemente no encontremos tráfico alguno, algo que se repetirá a lo largo de la ruta.

Carretera de Villacantid a Izara


Paisaje campurriano en primavera
Una vez en Izara, justo al pasar junto a su iglesia de San Andrés, nos saldremos de la carretera y tomaremos un camino que nos llevará hasta Villaescusa. En un principio, rodaremos por una pista clara y diáfana, que poco a poco nos sumerge entre praderías con ganado, a la vez que se va difuminando. Poco antes de llegar a Villaescusa, vuelve a aparecer el camino con claridad.












El camino a Villaescusa se va desvaneciendo hasta convertirse en un sendero entre praderías.

Llegando a Villaescusa de Enmedio

Villaescusa de Enmedio fue elegido Pueblo de Cantabria en el año 2014, y es habitual referirse a él como "el pueblo de las cigüeñas", ya que en esta época del año podemos contar mayor número de estas aves que personas.



Desde Villaescusa tendríamos relativamente próximos dos ejemplos de arquitectura románica: San Cipriano de Bolmir y Santa María de Retortillo, pero como ya hemos dicho, hay que buscar un recorrido equilibrado, y dejaremos estos dos pueblos para otra ruta que tenemos prevista pasando por Julióbriga.





Saliendo de Villaescusa nos encontramos con una subida por pista muy bonita que nos llevará a ponernos paralelos a la A-67.















En este punto nos saldremos brevemente del camino que nos ha de llevar a Valdeolea para visitar el pueblo de Cervatos y su Colegiata de San Pedro.

















San Pedro de Cervatos es una de las cuatro Colegiatas que hay en Cantabria. Su origen se remonta al siglo XII. Destaca su imponente torre, su portada con un tímpano de tracería con frisos de leones de tradición árabe, así como los capiteles de las arcadas y arcos torales del ábside.
Pero lo que más fama da a esta colegiata son sus canecillos, entre los que sobresalen los de tema erótico, que son los más importantes de todo el románico en España.
La teoría más extendida es que estos motivos obscenos tratan de indicar a la población que se mantenga lejos de los pecados, en este caso de la lujuria.
Existe otra teoría con menos apoyo que defiende lo contrario, es decir, que querían fomentar las relaciones amorosas para aumentar la natalidad, relacionándolo con las plagas medievales y la reducción de población que llevaban asociadas.



















  Retomamos la ruta hacia Valdeolea. Tenemos que volver un breve tramo sobre nuestros pasos y encaminarnos hacia el Alto del Bardal, la subida más importante de nuestra ruta.
Al principio tenemos una subida por pista, con una rampa final de unos 70 metros que probablemente nos obligue a poner pie a tierra por la pendiente y por tener un firme irregular.
Una vez que salimos a la carretera, nos quedarán unos 2 kilómetros hasta la cima.









Alto del Bardal





Desde el Alto del Bardal tomaremos el desvío al pueblo de Hoyos. Bajaremos por un tipo de carretera que nos encanta: estrecha, con un color gris característico, con el asfalto viejo, rayas discontinuas en los laterales, y nada de tráfico. Como cicloturistas, no podemos pensar en un tipo de carretera más apropiado para nuestras rutas.




En Hoyos encontramos la iglesia de Santa María, con uno de los ábsides que más nos gustan de toda la comarca, adornado con interesantes canecillos.
Su origen es de finales del XII pero con añadidos en el XVII.













Santa María de Hoyos

En San Martín de Hoyos encontramos otra iglesia de origen románico con una decoración escultórica más austera que la de Hoyos. También ha tenido añadidos posteriores.












San Martín de Hoyos
Saliendo de San Martín de Hoyos observamos la majestuosa figura de su Torre Medieval.

La resolución de 2 de Junio de 2003 de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria dice:


"Esta Torre Medieval, construida en la Baja Edad Media (siglo XIV),
tuvo una doble misión: primeramente como torre albarrana, vigía y
guardiana de los posibles invasores que pretendieran dominar esta comarca
y su población asentada en la ribera del Pantano del Ebro. Posteriormente,
y a la par que emblema de señorío, control o taquilla de pago de tasas
por la entrada de cualquier producto que quisieran comercializar en esta
región de Cantabria.
Su enclave, al sur del caserío de San Martín de Hoyos, en una loma
del paisaje de páramos montañeros relacionados ya estrechamente con
los campos de Castilla, resulta también aquí estratégico, pues es seguro
que desde su más alta cota se divisa todo el municipio de Valdeolea y
parte de los de Valdeprado, Enmedio, Campóo, y provincia de Palencia.
Su carácter de fortaleza le viene dado por el foso y contrafoso que
la circundan y que aún hoy se aprecian, si bien se encuentran rellenos
en parte para evitar accidentes del ganado que pasta en su cercanía o
vertidos incontrolados y, también, por qué no, facilitar el acceso a la misma
en los últimos usos para los que el hombre la ha requerido.
Hoy, esta Fortaleza-Torre conserva todo su alzado, aunque está
desmochada y vaciado su interior. Presenta un volumen de aristas rectas
y vivas en planta cuadrada de 11 metros de lado y una altura de unos 14
metros que dan cabida a los tres pisos que albergó.
Los muros son de sillería rústica, excepto en esquinales y vanos donde
se aprecia sillería, están rellenos de argamasa y alcanzan un espesor de 1,80
metros con el que busca su estabilidad."





















Salimos de San Martín y vamos hacia Olea.
Nos recibe en primer lugar la pequeña ermita de San Miguel, de mediados del siglo XII, y de un estilo románico popular. Tiene planta rectangular de una sola nave, ábside semielíptico y espadaña de un solo vano.
Está construida en mampostería excepto esquinales y contrafuertes. La puerta se encuentra en el muro sur, al igual que una imposta de ajedrezado de tres filas paralela a la cornisa.

Ermita de San Miguel

En los trabajos de restauración llevados a cabo en la ermita en 1980, apareció junto al altar un ara romana de época imperial avanzada y que hoy en día aun se conserva en su interior.
Es importante reseñar que fue dedicado por una mujer (Flavia Gentiana), algo poco habitual en otros ejemplo epigráficos de la época.


Puerta de la ermita de San Miguel en el muro sur

Otro templo de origen románico en Olea es la iglesia de Santa María, si bien sufrió importantes reformas en los siglos XVI y XVII. De hecho, románico en el exterior solo queda la puerta abocinada con arquivoltas en arco apuntado sobre cimacios lisos y columnas sin capiteles.


Santa María de Olea
Puerta románica










  De Olea seguimos por la carretera hacia Brañosera y en breve llegamos a Santa Olalla, donde encontramos su iglesia consagrada en el año 1174 de origen románico pero con muchas modificaciones posteriores. La mayor importancia de este templo radica en sus pinturas murales al fresco góticas, que junto con las de Mata de Hoz y Las Henestrosas son unos de los conjuntos más destacados de Cantabria.



Pinturas murales en iglesias de Valdeolea en el libro CANTABRIA ARTÍSTICA de Librería Estvdio (1980)

Junto a la iglesia de Santa Olalla se encuentra el Centro de Interpretación de Valdeolea, aunque también se encontraba cerrado en el momento de nuestra visita.

Iglesia de Santa Olalla y a su derecha, el Centro de Interpretación de Valdeolea

Al poco de salir de Santa Olalla, junto al río Camesa, encontramos su molino (uno de tantos que existían en Valdeolea), y que actualmente realiza labores de interpretación. El paraje es realmente bello, con árboles que nos proporcionarán sombra, y una paz solo rota por el rumor de las aguas del Camesa.
La pista vadea el río aunque existe un puente de madera en caso de que el cauce baje abundante.















Paraje del molino de Santa Olalla junto al río Camesa


Cruzamos el Puente Histórico de la Mata de Hoz o de los Molinos (siglo XVIII) antes de llegar a la siguiente parada de nuestra ruta: la iglesia de San Juan Bautista.

Puente Histórico de la Mata de Hoz o de los Molinos


Se trata de una iglesia románica del siglo XII pero con añadidos posteriores. Al igual que la iglesia de Santa Olalla, su mayor interés está en las pinturas góticas de su interior.

Mata de Hoz
Cigüeñas en la iglesia












En el año 1992 se descubrió en Mata de Hoz otro ara de época romana dedicado a Júpiter. Se encuentra en el jardín de una casa, incrustado en su pavimento.


Iglesia de San Juan, Mata de Hoz

Salimos de Mata de Hoz, y tras pasar por Espinosa nos encontramos con uno de los menhires de Valdeolea: Peñahincada, también conocido como Piedra de Sansón.
En Valdeolea se conservan 8 menhires actualmente, y son las huellas de la cultura neolítica. Esta concentración de megalitos es única en el norte peninsular.
Algunas de estas piedras tienen grabados posteriores con distintos significados, desde dotarles de cierto sentido cristiano, hasta marca de lindes, y algunos otros que no han  podido establecerse.


Menhir Peñahincada (Piedra de Sansón)

Continuamos hacia Reinosilla, pero antes nos acercaremos al Puente Histórico de la Vega.
Se le conoce popularmente como "Puente Romano", aunque las evidencias arqueológicas no pueden confirmarlo.
Esta denominación de "romano" pueda deberse al hecho de que la calzada romana que comunicaba Pisoraca (Herrera de Pisuerga) con el Portus Blendium pasaba por aquí.

Es curiosa la concentración de tres puentes de distinta época en este lugar: el puente "romano", el de la vieja carretera y el de la nueva.

Puente histórico de la Vega sobre el río Camesa



Torre de los Cossío, Reinosilla

Volvemos brevemente sobre nuestros pasos hacia Reinosilla, donde nos espera una pequeña subida.
Lo que más llama la atención del pueblo es la Torre de los Cossío (siglo XVII), elemento principal de un conjunto de construcciones y que en la actualidad se encuentra en ruinas y colonizada por las cigüeñas.


Cigüeñas sobre la Torre de los Cossío en Reinosilla. Al fondo, el pueblo de Olea.

En lo alto del pueblo encontramos la iglesia de San Andrés (o San Isidoro), con algún resto de su origen románico pero con muchos añadidos posteriores.

Iglesia de San Andrés o Isidoro

Bajamos de nuevo a la carretera principal para llegar a Casasola, lugar con gran importancia histórica por varios motivos. 
El hecho de situarse muy cerca del centro geográfico del valle influyó seguramente en el hecho de que la calzada romana de Pisoraca al Portus Blendium pasara por aquí, y se cree que en este punto se bifurcaba, con un ramal por Camesa-Rebolledo-Pozazal-Peña Cutral, y otro por Olea-Hoyos-El Bardal, uniéndose ambos en Julióbriga.

Las investigaciones arqueológicas han sacado a la luz restos de las antiguas calzadas, así como miliarios y términos augustales que son los que permiten suponer los trazados de estas milenarias vías de comunicación, ya que en muchos casos el trazado original es el mismo que se utilizó posteriormente pero la obra construida sobre el mismo es de época medieval, moderna o contemporánea. De ahí quizás viene esa confusión en los términos "puente romano", o "calzada romana".

Otro motivo por el cual Casasola es un lugar de importancia histórica es que aquí estaba la Casa Consistorial de Valdeolea antes de trasladarse a Mataporquera.
Había también una de las numerosas Ventas que existieron en Campoo.










En Casasola haremos un breve bucle para pasar por su Puente Histórico, que como hemos dicho puede estar sobre el trazado de la antigua calzada romana pero que su fábrica es de época moderna o como mucho bajomedieval.

Puente de Casasola




Continuamos nuestro camino y un poco después de Casasola nos saldremos de la carretera principal y tomaremos el desvío hacia el Concejo de Las Quintanillas, de nuevo por una carretera muy antigua que hará las delicias de todo buen cicloturista por su belleza y tranquilidad.

Pasamos junto a La Cuadra, un pequeño barrio donde se encontró uno de los muchos términos augustales hallados en Valdeolea, y del cual podemos ver una reproducción en el Arqueositio de Camesa - Rebolledo. 
Los términos augustales eran mojones de piedra que delimitaban territorios. En este caso, delimitaban los terrenos dependientes de la Legio IV Macedonica y los de la ciudad de Julióbriga.




Justo enfrente de La Cuadra, al otro lado de la carretera vemos el menhir de La Puentecilla, y muy próximo a él está el de La Llaneda, junto al cual pasamos.

Menhir La Puentecilla


Menhir La Llaneda

Palacio Marqueses de Carriaga















Haremos un tramo por pistas poco habituales en Cantabria: muy rectas y con poca pendiente.

Llegaremos a un punto donde veremos al fondo el pueblo de Las Quintanillas en un alto. No llegamos a subir en esta ocasión pero si podemos observar dos elementos destacados de su patrimonio arquitectónico: la iglesia de San Vicente y el Palacio de los Marqueses de Carriaga, con un escudo tan imponente que incluso es visible desde la distancia.


Las Quintanillas



Antes de llegar a La Quintana, pasamos junto al menhir conocido como "El Cabezudo", el mayor de los conservados en Valdeolea con casi 4 metros de altura visible en el exterior, y casi 5 metros en total.

Menhir "El Cabezudo", el mayor de los existentes en Valdeolea

Al fondo, La Quintana












En La Quintana podemos contemplar un tramo de la referida calzada romana Pisoraca - Portus Blendium. Si bien se trata del trazado primigenio de la calzada romana, lo que vemos actualmente en el terreno corresponde con un camino de fábrica bajomedieval probablemente, aunque el hecho de que conserve el encachado original permite conocer como eran sus características hace 2000 años.


















Tramo de Calzada en La Quintana


Esta calzada llega a Valdeolea por el despoblado de Mercadillo, donde existía una ermita llamada Nuestra Señora de la Calzada. Como vemos, la toponimia nos da muchas pistas sobre la historia de los lugares.





Tenemos muy próximo el final de nuestra ruta. Para llegar a Las Henestrosas, podemos ir por la estrecha carretera o por una pista. A la entrada del pueblo nos encontraremos con el Palacio de La Corralada (siglo XVIII), con doble portada, escudo de armas y capilla dedicada a Santa Ana, que también alberga en su interior pinturas murales.

En Las Henestrosas también se encontró un término augustal.

Palacio La Corralada

Justo al final del pueblo tenemos a nuestra izquierda una loma en la que se encuentran los restos del Torrejón de Las Henestrosas.
Se trataba de un conjunto dominado por una torre a la que luego se le añadieron otras construcciones, rodeado todo ello de un muro fortificado, un foso y un contrafoso.
Se estima que existió desde mediados del siglo XIII hasta 1362, año en que el rey Pedro I de Castilla mandó destruirlo como represalia por la deslealtad de su dueño Gonzalo González de Lucio, quien había tomado partido por el rey Pedro IV de Aragón en la conocida como "Guerra de los Pedros".

En las excavaciones se encontraron monedas, cerámicas, elementos ornamentales, útiles metálicos e incluso un dado trucado que favorecía al número 6.

Este Torrejón seguramente fue el germen que dio lugar al pueblo de Las Henestrosas, e incluso hoy en día se pueden ver sillares en algunas casas del pueblo que con toda seguridad pertenecían a este conjunto.






Yacimiento Medieval Torrejón de las Henestrosas


Desde este paraje de Las Heras donde se encuentra el Torrejón, puede verse ya el punto final de nuestra ruta: la iglesia de Santa María La Real.



















Tiene algo especial esta iglesia. Su gran tamaño, su localización tan solitaria, la paz del lugar...
Se localiza en una pequeña loma en la que existía una necrópolis de finales de época romana y altomedieval.

Se puede fechar su estilo tardorrománico o protogótico de finales del siglo XII o comienzos del XIII, visible en su ábside o en su espadaña.
En el año 1503 se añadieron las naves laterales y la torre, que se adosó a la espadaña existente, otorgando una imagen singular y fácilmente reconocible.
En esa misma reforma se añadieron las pinturas murales del interior de la iglesia, con temática religiosa pero también profana.


Santa María La Real




Y en este paraje tan especial finalizamos esta ruta.




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FUENTES:

- http://www.cantabria102municipios.com/campoo/valdeolea

- http://www.eldiariomontanes.es/20120306/local/campoo-sur/calzada-romana-quintana-sale-201203061058.html

- http://www.vacarizu.es/d6/articulo/las-ventas-un-lugar-de-refugio-parada-y-reposo-en-los-caminos-de-campoo

- http://www.vacarizu.es/Cuadernos/Cuaderno_24/Yacimiento_Torrejon_Henestrosas.htm

- http://www.vacarizu.es/Cuadernos/Cuaderno_13/Red_viaria_romana.htm

- Cantabria Artística. I Arte Religioso. E. Campuzano y F. Zamanillo. Ediciones Libreria Estvdio. (1980)

- Cantabria Guía Artística. M.A. García Guinea. Ed. Libreria Estvdio. (2004)

- Gran Enciclopedia de Cantabria. Ed. Cantabria S.A. (2002)

- Diccionario Geográfico - Estadístico - Histórico 1845-1850 (MADOZ). SANTANDER. Ed. Libreria Estvdio (1995)

- http://www.eldiariomontanes.es/v/20120114/cultura/universidad-cantabria/ermita-miguel-olea-pieza-20120114.html

- http://www.vacarizu.es/Cuadernos/Cuaderno_6/Aras_romanas.htm